La Congregación de las Hermanas de San José nació en el Macizo Central, en Francia. Conmovidas por la miseria que veían a su alrededor, algunas mujeres se reunieron en pequeños grupos. Compartían el mismo ideal : consagrase a Dios, vivir con la gente, satisfacer las necesidades de los pobres. Estas mujeres se ocupaban de los enfermos, de los ancianos, de los huérfanos y de los prisioneros. Instruían a las jóvenes, guiaban en la fe a mujeres piadosas y trabajaban incansablemente para aliviar los sufrimientos de la gente. Guiadas y animadas por un Sacerdote Jesuita, Juan Pedro Médaille, se constituyeron las primeras Hermanas de San José. En 1650, en el Puy-en-Velay, el Obispo. Mons. Henri de Maupas, reconoció oficialmente el grupo como congregación religiosa. Las pequeñas comunidades se multiplicaron en Francia, al sur del Macizo Central, hasta el momento de la Revolución Francesa, La congregación abrió las puertas a mujeres de todas las clases sociales que deseaban una vida religiosa.
Afectadas por la tormenta política de la Revolución francesa, numerosas comunidades de la congregación desaparecieron. Algunas Hermanas fueron guillotinadas, otras encarceladas, algunas regresaron al seno familiar, otras se escondieron. Después de la Revolución, las Hermanas empezaron a reagruparse en comunidades, para ocuparse de un pueblo desgarrado por la guerra. Una de las re-fundaciones tuvo lugar a petición del Arzobispo de Lyon y bajo la dirección de la Madre San Juan Fontbonne. A partir de ahí, una importante congregación se desarrolló y se extendió en Europa, en América y en otros continentes. Este crecimiento fue tan grande que hoy en día, en el siglo 21, unas 13 000 Hermanas de San José sirven en 55 países.
La misión de las Hermanas de San José se vive, hoy, gracias a una espiritualidad basada en las relaciones entre ellas, con Dios, con todos los seres humanos y con toda la creación. Podemos encontrar Hermanas de San José en la Banca alimentaria, en albergues para los que no tienen casa, en centros médico-sociales, en universidades, en escuelas, en hospitales, en centros
de acogida, en el tribunal, en las cárceles, en centros espirituales, en oficinas, en asilos, en laboratorios, en centros de estudio, en
hospicios… Las Hermanas son maestras, abogadas, médicas, enfermeras, trabajadoras sociales, directoras espirituales, asistentes en pastoral, teólogas, psicólogas, kinesiterapeutas, administradoras, artistas, escritoras, músicas, poetas y una multitud de otras actividades.
Juntas/os, Hermanas, Asociadas/os, Colaboradores/as laicas/os, buscan promover una comunidad de la Tierra en donde reine el amor, la unidad y la reconciliación, En este mundo conflictivo del siglo XXI, tratan de vivir su misión con el máximo de autenticidad, para que a través de su existencia indiquen, a la sociedad contemporánea, el camino de una transformación positiva.